viernes, 3 de junio de 2011

INTELIGENCIA EMOCIONAL

       De la misma manera que se reconoce el CI  (Coeficiente Intelectual), se puede reconocer la Inteligencia Emocional. Se trata de conectar las emociones con uno mismo; saber qué es lo que siento, poder verme a mí y ver a los demás de forma positiva y objetiva. La inteligencia emocional es la capacidad de interactuar con el mundo de forma receptiva y adecuada.
Algunas de las características básicas y propias de las personas emocionalmente inteligentes son:
-          Poseer suficiente grado de Autoestima.
-          Ser personas positivas.
-          Saber dar y recibir.
-          Empatía (entender los sentimientos de los otros).
-          Reconocer los propios sentimientos.
-          Ser capaz de expresar los sentimientos positivos como los negativos.
-          Ser capaz también de controlar estos sentimientos.
-          Motivación, Ilusión, Interés.
-          Tener valores alternativos.
-          Superación de las dificultades y de las frustraciones.
-          Encontrar equilibrio entre exigencia y tolerancia.
La Inteligencia Emocional es el conjunto de habilidades que sirven para expresar y controlar los sentimientos de la manera más adecuada en el terreno personal y social. Incluye, por tanto, un buen manejo de los sentimientos, motivación, perseverancia, empatía o agilidad mental. Justo las cualidades que configuran un carácter con una buena adaptación social.
       Todas las personas nacemos con unas características especiales y diferentes, pero muchas veces la manera que tenemos de comportarnos  o de enfrentarnos a los retos de la vida son aprendidos. Desde pequeños podemos ver como para un niño no está tan bien visto llorar y expresar sus emociones como en una niña, además a los varones se les exige ser más valientes, seguros de sí mismos. Todo esto lo adquirimos sin darnos cuenta ya desde el momento en que venimos al mundo, nos comportamos como nos han “enseñado” a comportarnos. Quererse a uno mismo, ser más generoso con los demás, aceptar los fracasos, no todo depende de lo que hemos heredado, por lo que hemos de ser capaces de seguir aprendiendo y mejorando nuestras actitudes día a día, aprender a ser más inteligentes emocionalmente, en definitiva a ser más felices.

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