lunes, 6 de junio de 2011

ANSIEDAD


La ansiedad ha sido estudiada como respuesta emocional y como rasgo de personalidad. Como emoción, la ansiedad puede ser entendida como un conjunto de manifestaciones experienciales, fisiológicas y expresivas, ante una situación o estímulo, que es evaluado por el individuo como potencialmente amenazante, aunque objetivamente pueda no resultar peligroso.
Hay que tomar en cuenta que la ansiedad, el temor y el estrés son entidades que suelen interactuar de tal manera que el estrés puede considerarse como la respuesta subjetiva al temor, la cual se relaciona con una preocupación presente, la ansiedad se relaciona con una preocupación futura. También cabe mencionar que la ansiedad se interrelaciona con la depresión y un punto de enlace entre ambas es la preocupación. En otras palabras las preocupaciones y dudas sobre la persona en sí suelen ser componentes de la depresión, en tanto que las preocupaciones sobre acontecimientos externos con frecuencia se manifiestan con ansiedad abierta.
       A grandes rasgos podemos decir que la ansiedad no tiene un origen definido, en comparación a las fobias, que normalmente tiene un objeto que ocasiona las mismas (arañas, víboras etc)
La falta de estructuras es con frecuencia un factor contribuyente de la ansiedad, un ejemplo de esto se encuentra en las personas que se conducen de manera adecuada de lunes a viernes con programa de trabajo planeado, pero no toleran sin tener una estructura definida, otro ejemplo es el de aquellas personas que se retiran de trabajar y de repente se encuentran sin ninguna estructura definida, lo que ocasiona un aumento de la ansiedad y ocasiona serias dificultades, pudiendo llegar a la depresión y por ende al suicidio..
       Los principales síntomas de la ansiedad los podemos dividir en dos grandes grupos, los PSICOLÓGICOS que se caracterizan por tensión, temores, dificultad de concentración y aprensión. Y los SOMÁTICOS que están dados por taquicardia, hiperventilación, palpitaciones, temblor y sudoración. Es frecuente que dentro de esta sintomatología participen otros sistemas como el gastrointestinal.
También son comunes los transtornos del sueño y la fatiga, sus manifestaciones aparecen de los 20 – 35 años y predomina en mujeres, los signos y síntomas más frecuentes son aprensión, preocupación, irritabilidad, hipervigilancia y molestias somáticas. Los síntomas son muy prolongados y persisten cuando menos un mes.
Quienes lo padecen también parecen no poder relajarse, frecuentemente tienen trabajo en conciliar el sueño o permanecer dormidos. Sus preocupaciones van acompañadas de síntomas físicos, especialmente temblores, contracciones nerviosas, tensión muscular, dolores de cabeza, irritabilidad, transpiración o accesos de calor. Pueden sentirse mareados o que les falta el aire. Pueden sentir náusea o que tienen que ir al baño frecuentemente. O pueden sentir como si tuvieran un nudo en la garganta.

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