miércoles, 15 de junio de 2011

ALCOHOLISMO


       Conjunto de trastornos ocasionados por el abuso de bebidas alcohólicas o consecuencia grave de un prolongado y excesivo consumo de las mismas, la intoxicación por alcohol se caracteriza por la aparición de cambios psicológicos comportamentales des adaptativos, clínicamente significativos que suelen presentarse durante la intoxicación o pocos minutos después de haber ingerido alcohol: sexualidad inapropiada, agresividad, deterioro de la capacidad de juicio y deterioro de la actividad laboral y social.
Durante el consumo de alcohol, o poco tiempo después pueden aparecer uno o más de los siguientes síntomas: lenguaje farfullante, incoordinación, marcha inestable, deterioro de la atención o la memoria, estupor o coma.
       En la toxicidad del alcohol influye la cantidad ingerida el tipo de bebida, graduación y presencia de otros productos de la destilación y el hábito. Efectivamente el alcohólico resiste mejor la ingestión ya que su estómago absorbe el alcohol más lentamente y también porque lo metaboliza con mayor rapidez.
El alcoholismo produce graves daños a nivel físico y mental, en una fase avanzada puede desembocar en delirium tremens estado de alteración de la conciencia en que el individuo pierde todo el sentido del espacio, el tiempo y el medio y es asaltado por terroríficas alucinaciones visuales.
       El enfoque terapéutico del alcoholismo pone de manifiesto la dificultad de rehabilitación del bebedor por distintas razones: desde el punto de vista estrictamente médico, no existe tratamiento propiamente dicho con excepción de los medicamentos sintomáticos y ansiolíticos, el tratamiento psicoterápico individual de los alcohólicos tampoco es totalmente satisfactorio aunque una vez alcanzadas las primeras fases de recuperación, el alcohólico puede responder al tratamiento psiquiátrico, en determinados casos la terapéutica de grupo ha producido resultados eficaces.

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